La pareja x espera su primer hijo, como tantos padres en el mundo, sueñan con ese momento mágico en el que podrán ver la carita de su bebé, establecer los primeros parecidos y disfrutar de tantos momentos de ternura y de felicidad infinita. Pasarán unos emocionantes nueve meses donde tendrán mucho tiempo para ir diseñando su habitación, preparar su ajuar y puestos a soñar imaginar como será su maravilloso futuro.
Cualquier pareja cuando se plantea tener un hijo sabe perfectamente que no todo va a ser un camino fácil, que educar cuesta y supone dificultades, pero es un peaje que se asume, con todo el amor del mundo y a sabiendas de que se construye paso a paso, minuto a minuto ….
Dada la vida que llevamos actualmente es también muy probable que la pareja x hayan debatido acerca de cómo van a gestionar los sucesivos meses que les esperan, según las circunstancias laborales y dada la complejidad de la conciliación. Es posible que hayan buscado algún jardín de infancia e incluso hayan debatido acerca del tipo de escuela donde quieren que su hijo reciba la mejor educación.
Diferentes factores como proximidad al domicilio, estilo educativo, pública o privada se entremezclarán hasta tomar la difícil decisión final.
Y realmente sí es una decisión importante y hay que tomarla con calma y tras una profunda reflexión, ya que cualquier niño pasará alrededor de siete horas diarias en la escuela, cinco días a la semana, nueves meses al año, durante un mínimo de trece años de su vida.
En este entorno pasará los años de mayor plasticidad de su cerebro que se mostrará como una esponja, dispuesto a absorber los aprendizajes a un ritmo increíble. Durante los seis primeros años su cerebro tendrá un potencial que no volverá a tener en toda su vida. A lo largo de este periodo se asentarán las bases neurológicas de su desarrollo intelectual y emocional. La confianza, la autoestima, su forma de pensar o la forma en la que aprenda y recuerde se estructuran principalmente durante estos primeros años.
Si lo analizamos produce cierto vértigo ¿verdad?
Aprovechar este potencial no dependerá de complejos programas de estimulación temprana o de exigir al niño que se involucre en todo tipo de actividades extraescolares. La ciencia ha demostrado que todo ello no aporta beneficios a su cerebro y, en algunos casos puede ser hasta nocivo para su desarrollo.
La verdadera clave para conseguir un desarrollo cerebral pleno y equilibrado dependerá de diversos factores
Para conocer un poco más sobre las etapas de este desarrollo, voy a dar algunas pinceladas.
Hasta los siete años el niño avanzará por distintos procesos relacionados con el aprendizaje, cada uno más sensible que el otro. Para hablar efectivamente de desarrollo cerebral, es preciso que los cambios sean perceptibles a nivel social, evolución escolar y adaptación emocional.
Todos los agentes que, interactúen con el niño, intervendrán en su desarrollo intelectual, y para permitir una correcta evolución, entrarán en juego factores como la motivación, las oportunidades y el ambiente.
Será necesaria la estimulación adecuada que pueda ofrecer un contexto óptimopara que los procesos cerebrales se lleven a cabo.
Pese a que los procesos de aprendizaje y sus momentos más sensibles pueden extenderse durante la vida entera, es en la infancia donde existen más acontecimientos a destacar. Por ejemplo, el aprendizaje escolar se efectúa por un largo período, en el cual los procesos cognitivos pasan de más simples a más complejos.
Muchos estudios han determinado que durante la infancia se incrementa el crecimiento cerebral. Los expertos afirman que la materia gris aumenta notablemente su volumen en la infancia y que es en la adolescencia cuando alcanza su pico más alto.
Para identificar las etapas del desarrollo cerebral, los especialistas han observado el cerebro por medio de un proceso conocido como electroencefalografía, pudiendo observar cambios en cada momento de la infancia. Estos cambios durante el crecimiento infantil suelen ser los más importantes.
Durante la infancia puede haber alteraciones más bien intermitentes, donde los estudios revelan variaciones en la actividad eléctrica de las conexiones nerviosas o simplemente una modificación en la medida y peso del cerebro.
Para medirlo a nivel cualitativo, se ejecutan pruebas de inteligencia, atención, memoria y reposo. Según los estudios, son apreciables con claridad tres etapas del desarrollo cerebral infantil, estas se relacionan directamente con las asociaciones neurológicas que consiguen favorecer ciertos aprendizajes. Es común que este conocimiento sea la base de muchos de los programas escolares, aunque por desgracia no siempre es así.
De acuerdo a las investigaciones, estas son las etapas clave del desarrollo cerebral en los niños.
- De dos a cinco años
Es un período en el cual se produce el primer gran crecimiento de las conexiones nerviosas; es ideal para que tengan mayor auge aquellas representaciones de tipo lingüísticas, así como el conocimiento moral, cultural y social. Es en esta etapa donde adquiere las principales destrezas de la lengua materna y está muy preparado para aprender otros idiomas
- De ocho a diez años
En esta etapa se puede hablar de un crecimiento más amplio, pues es cuando adquiere gran parte de los conocimientos escolares. Los fundamentos del desarrollo global que en su cerebro se dan en este período, implican una mejor recepción del aprendizaje
En este momento se dará un proceso que involucrará el conocimiento en muchas áreas, además será una oportunidad para que se produzcan las principales interacciones sociales y se viva un proceso de adaptación diferente. En este momento comienzan a perfilarse los rasgos cognitivos, culturales y académicos del niño en el futuro.
- Adolescencia
Es durante la adolescencia cuando se produce el mayor incremento en cuanto al desarrollo cerebral. Tanto el tamaño, peso y conexiones nerviosas aumentan en la pubertad, algo que podemos relacionar claramente con muchas de las acciones de los adolescentes. De acuerdo a los estudios, en esta etapa el crecimiento es notorio porque es cuando se manifiesta efectivamente el pensamiento desde un punto de vista lógico-abstracto. Su mundo social se amplía, las emociones son más complejas e intensas y se hace indispensable la expresión empática que se refleja emocionalmente.
Por otra parte, las investigaciones sobre los procesos de aprendizaje señalan que la emoción y la cognición son inseparables. Este vínculo se establece por múltiples razones, entre ellas, porque las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de decisiones y la actitud para aprender. Por ello, se considera quelas emociones forman parte del proceso de aprendizaje.
Estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo en algo y, en consecuencia, aprenderlo mejor.
Es imprescindible construir climas emocionales positivos en el aula, lo que le permitirá al alumno estar motivado y aprender mejor.
Debido a estos resultados, se considera especialmente importante que se produzca la motivación y estimulación adecuada en relación a cada etapa y se cuide la educación emocional.
Hoy quiero terminar con una frase Begoña Ibarrola: “Las emociones son las guardianas del aprendizaje, sólo recordamos aquello que hemos vivido con emoción”
¿Es importante o no la elección de un adecuado centro escolar?.