La emoción desbordante
“Cuando se siente con tanta intensidad, incluyendo las emociones de los otros, se adquiere una permeabilidad al entorno que produce reacciones y comportamientos que a los otros pueden parecerles desmesurados, inadaptados y extraños. Desde las lágrimas repentinas hasta una cólera violenta, desde un miedo incomprensible que resultará ridículo ante los ojos de los demás hasta un entusiasmo desbordante… todas estas turbulencias emocionales separan al niño de su entorno. Él mismo puede terminar sintiendo vergüenza de sus reacciones incontrolables” (Siaud-Facchin, 2014).
Hipersensibilidad invasora
“La emoción está por todas partes, todo el tiempo, colándose por los intersticios más pequeños. Incluso cuando parece que no hay nada destacable, percibirá cualquier variación emocional. Entonces la interpreta y reacciona. Su receptividad emocional es incontrolable debido a que desconecta los circuitos cerebrales de la regulación. Es frecuente que sus emociones lo guíen y lo confundan” (Siaud-Facchin, 2014).
Consejos prácticos:
1.- Ayúdales a interpretar su exaltada sensibilidad hacia las cosas que les ocurren como una respuesta normal a las mismas. Si esto no se les aclara a tiempo, pueden llegar a ver sus propias experiencias intensas como una evidencia de que les pasa algo malo. Otros niños y niñas pueden ridiculizarle por reaccionar fuertemente hacia un hecho aparentemente trivial, incrementando entonces los sentimientos de éstos de rareza.
2.- Su sensibilidad hacia las injusticias puede llevar a los niños emocionalmente intensos a sentir desesperanza a edades muy tempranas.
Enséñales a aceptar sus emociones: necesitan sentirse comprendidos y apoyados. Hay que explicarles que sus sentimientos intensos son normales. Ayúdales a desarrollar su auto-conocimiento y su auto-aceptación.
3.- Los padres necesitan practicar una apropiada disciplina con normas y límites claros, siendo coherentes y consistentes con las normas establecidas, esto les ayuda a desarrollar un sentimiento de seguridad que conduce al desarrollo de la autodisciplina y una percepción de competencia emocional.
4.- Favorece la comunicación con tus hijos, conversar sobre sentimientos abiertamente. Dedica tiempo a estar con ellos, a escuchar sus ideas, opiniones y sus sentimientos. Durante las conversaciones intenta no emitir juicios: no interrumpir, moralizar, distraer o dar consejos. Apreciar su sensibilidad, su intensidad y sus pasiones. Valida sus emociones, no las minimices, para ellos son importantes (entiendo que esto te preocupe, yo en tu situación me sentiría como tu…). Con adolescentes es muy conveniente negociar y llegar a acuerdos.
Legitimar sus emociones y dejarles espacio para expresarlas, acompañándoles de una forma empática y ayudarles a encontrar la mejor manera de canalizarlas (cuentos, historias, poemas, arte, música etc.)
5.- Recompensar el proceso de esfuerzo y no sólo los resultados. Valora y hazle saber sus fortalezas en vez de centrarte en las debilidades o aspectos de mejora. Enséñale a valorar el enorme aprendizaje que suponen los errores, las dificultades, es muy importante que aprenda a tolerar la frustración.
6.- Dale la responsabilidad adecuada para su edad, deja que haga aquellas cosas para las que esté preparad@ y no le sobreprotejas en exceso del mundo y de las consecuencias de sus acciones. Recordar que primero son niños y después de Altas Capacidades. No generes expectativas muy elevadas, los juegos, la diversión y el ocio son actividades esenciales para que adquieran un fuerte desarrollo emocional.
7.- Si consideras que es necesario no dudes en buscar ayuda profesional adecuada; eso es importante tanto para apoyar su sano desarrollo emocional, como para prevenir problemas sociales y emocionales.
Podemos ayudar a nuestros niños emocionalmente intensos a aceptar su mundo interior de experiencias y que lo vean como un punto fuerte.
Esto en muchas ocasiones supondrá que tengamos que aceptar y ver nuestras propias experiencias emocionales y sentimientos de manera que seamos un modelo positivo para ellos.
De esta manera, se les dará a los niños emocionalmente intensos el poder de expresar su propia excepcionalidad en el mundo y a usar sus dones y talentos con confianza en sí mismos.
Referencias:
Siaud-Facchin, J. (2014). ¿Demasiado inteligente para ser feliz?: Las dificultades del adulto superdotado en la vida cotidiana Grupo Planeta (GBS).